El Bachiller
Una vida al servicio de la Educación
El 27 de julio se cumplieron 32 años de la muerte de Don Álvaro Gálvez y Fuentes, uno de los grandes innovadores de los medios de comunicación en México. Su brillante trayectoria, abarca su gestión como Director del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa ILCE, en donde como paladín de los medios al servicio de la educación, impulsa proyectos de intercambio de materiales educativos, satélites de hermandad en los países latinoamericanos, tele-educación y centros de formación de expertos en comunicación para América Latina.
Álvaro Gálvez y Fuentes logró, como pocos, eslabonar su intenso programa de vida y de trabajo con los imperativos de transformación que marcaron el rumbo e intensidad de la época y generación a las que pertenece.
Nació el 27 de octubre de 1918, en la capital de la República, e inicia su brillante carrera dentro de la locución mexicana en Radio Educación, por invitación de Don Agustín Yáñez para impartir la cátedra de literatura. Cursaba en aquel entonces el bachillerato, y fue por eso que el también locutor Pedro de Lille lo bautizó como “El Bachiller”. En el desempeño de estas actividades implantó nuevos esquemas para la radiofonía, convirtiéndose en una de las voces más conocidas del medio. A través de la estación XEW transmitió numerosos programas de amplia cobertura y arraigo, como “El Diario Relámpago del Aire”, “Donde menos lo espere”, “Los Niños Catedráticos” y “Sherlock Holmes”.
No menos significativa fue su labor pionera en la televisión nacional, compartiendo los empeños visionarios de Emilio Azcárraga Vidaurreta y de Guillermo González Camarena.
De sus primeras incursiones en el campo de las letras destacó su labor como director y editor de la revista literaria Tiras de Colores, en la que colaboraron poetas, ensayistas y escritores de la talla de José Revueltas, Arturo Adame, Clemente Soto Álvarez, Margarita Michelena y Miguel Duhalt, entre muchos otros.
Periodista por vocación, Álvaro Gálvez y Fuentes colaboró desde muy joven en la XEW; diarios y revistas como El Excelsior, El Universal y Siempre!, e impuso una nueva modalidad a sus artículos y reportajes, ya que fue de los primeros en transmitir directamente al público la vivencia de los hechos, desde el lugar mismo donde se producía la noticia. Baste recordar los célebres reportajes radiofónicos como el transmitido desde Jerusalén y que una Navidad conmovió a todo México.
Su espíritu de empresa lo llevó a fundar y dirigir la agencia de publicidad “Gálvez SA”, donde diseñó y desarrolló campañas y eslógans de gran penetración, como ocurrió con el primer esfuerzo de promoción nacional para elevar el consumo de nuestros recursos marinos, labor que realizó por encomienda de la Comisión Consultiva de Pesca y que sintetizó en la frase publicitaria que aún hoy se recuerda: “¿Bueno?, ¡Bueno el Pescado!”.
Incursionó exitosamente en el campo de la cinematografía, donde produjo diálogos para la película “Que Lindo es Michoacán”; actuó en “La Hija del Cielo o El Final de Norma”, y en 1943 dirigió la película histórica “Mexicanos al Grito de Guerra”, junto con uno de los binomios cinematográficos de mayor renombre: Ismael Rodríguez y Pedro Infante.
En 1961, cuando el manejo de la información nacional estaba en manos extranjeras, creó y fundó Informex, la primera agencia noticiosa mexicana.
Maestro universitario, durante varias décadas impartió la cátedra de Publicidad en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y la de Sociología, en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, de la que egresó con el título de licenciado en Derecho. Formado en la práctica de los medios de comunicación, pero consciente de la necesidad de preparar profesionistas especializados y responsables en este campo, fue uno de los fundadores de la Carrera de Ciencias y Técnicas de la Información en la Universidad Iberoamericana, primera institución universitaria que adoptó un programa integral de estudios profesionales en materia de comunicación.
En 1965, en el auge de su carrera como publicista y figura reconocida de la radio y la televisión comercial, dio curso a una de las etapas más apasionantes de su vida, al iniciar en México –y en su calidad de director de Educación Audiovisual de la Secretaría de Educación Pública– la aplicación de la radio y la televisión para fines didácticos. Así, en escasos 5 años, gracias a su iniciativa y al apoyo del entonces Secretario de Educación Pública, Agustín Yánez, surgió el primer intento de alfabetización por radio y televisión. La Telesecundaria contribuyó a satisfacer la demanda no resuelta de enseñanza media en nuestro país; y hoy en día, a 40 años de diferencia, pese a las críticas de entonces, ha mostrado su eficiencia sobre todo en áreas rurales alejadas y carentes de oportunidades educativas. A su vez, la Radioprimaria ofreció diversos programas de apoyo para las escuelas rurales de formación incompleta, en tanto que los Brevarios Culturales –primeras cápsulas radiofónicas de este género– cimentaron un nuevo concepto de la enseñanza.
En ese mismo periodo, Álvaro Gálvez y Fuentes luchó y gestionó ante las autoridades la concesión de una frecuencia de radio para la Secretaría de Educación Pública, iniciando lo que actualmente es Radio Educación.
Posteriormente, y con esta misma concepción de los medios al servicio de la educación, fue director del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, organismo regional de la UNESCO. Esa institución proyectó a México a nivel internacional como paladín de los medios al servicio de la educación, a través de proyectos como el intercambio de materiales educativos, satélites de hermandad a los países latinoamericanos, seminarios sobre tele-educación y centros de formación de expertos en comunicación para América Latina.
En su posterior retorno a la televisión comercial, “El Bachiller” dejó sentadas las bases para la creación de la telenovela didáctica y diseñó y condujo “Encuentro”, un ambicioso programa precursor en su género, que llevó al público, en forma accesible, temas de interés general con sus más destacados exponentes nacionales e internacionales.
Fue miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía, representó a México en múltiples reuniones ante organismos internacionales como experto en comunicación, y figuró en la terna para la designación de Delegado Permanente de México en la UNESCO.
Por su misma profesión fue miembro fundador de la Asociación Mexicana de Periodistas de Radio y Televisión, de la Asociación Nacional de Locutores y de la Asociación Nacional de Publicistas, entre otras organizaciones, haciéndose acreedor a diversas distinciones en México y el extranjero.
El 27 de julio de 1975, una afección cardiaca truncó la vida de Álvaro Gálvez y Fuentes, conmoviendo a la sociedad mexicana. Su obra, sin embargo, perdura todavía como clara demostración de su valor intrínseco, así como de la línea de conducta y el compromiso social de su impulsor.
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viernes, 18 de enero de 2008
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